sábado, 23 de febrero de 2013

El Plan Perfecto

23/02/2013 1:58 hrs.

Aquí estoy. Acostado en el sillón de la sala de mi novia mientras ella está en la recámara de su hermana, dudo que durmiendo, tal vez esperando a que sea de mañana para poder vernos de nuevo. Me pregunto qué hubiera pasado si el plan hubiese funcionado. No tenía ninguna falla en el papel, habíamos cubierto todos los puntos débiles después de mucho tiempo de investigación y un poco de complicidad de un miembro importante de su casa.

La meta era simple: dormir una noche con ella en su casa sin que sus padres lo supieran. No era una tarea fácil, hasta parecía broma cuando lo insinuamos mientras escuchábamos a The Wigs en el auditorio de Futurama en Lindavista, sin embargo, tras pensarlo unos segundos, ella creyó que podría ser posible, y después de explicarme el plan y arreglar unas cosas con su hermana incluso yo lo creí.

El plan constaba de pequeñas acciones bien calculadas, que si se ejecutaban bien nos darían el éxito. Primero tendría que convencer a mi madre de que estaba en un concierto que terminaría muy noche y pedir permiso para llegar hasta el día siguiente a mi casa, después habríamos de encontrar una forma de introducirme al zaguán, esperar un rato en el patio a que sus padres durmieran para entrar y escabullirme hasta su recámara para pasar ahí la noche. Al día siguiente habría de esconderme en el closet (bien cliché) hasta que todos en la casa se fueran e irme a la mía.

Cuando discutimos el plan, @nekokaiba y yo pensamos que sería una locura, pero pues nosotros éramos un par de locos enamorados que tenían ganas de hacer algo riesgoso, así que no dudamos en hacerlo. La primer fase fue fácil, convencer a mi madre del permiso para pasar la noche fuera de casa fue sólo cuestión de una llamada telefónica. Después, con ayuda de la hermana de Neko, adecuó todo lo posible para esperar en el patio mientras sus padres seguían despiertos. Cerró las cortinas que daban al área donde estaría, se encargaría de abrir la puerta cuando llegáramos e incluso me dejó una chamarra para indicarme dónde esperar y para cubrirme del frío mientras esperaba a entrar a la casa.

La siguiente parte sería un poco más sencilla. Neko saldría a cerrar las puertas cuando sus padres subieran a su recámara a dormir, y según su costumbre lo harían con la puerta de su cuarto cerrada, lo que haría más fácil mi acceso a la recámara de Neko. Ahí pasaría la noche, haciendo el menor ruido posible. Al día siguiente tendría que esconderme en el clóset y mientras todos se disponían a ir al médico a las 9:00am. Esperaría unos minutos después de que se fueran, saldría por la puerta de enfrente cuidándome de que no me viera ningún vecino, cerraría todo como estaba y me marcharía a mi casa.

Platicado suena bien. Neko tenía bien estudiada la rutina nocturna de cada uno de sus padres, y estaban tan ensayadas que creímos que, aún a horas de suceder, podíamos predecir exactamente cada uno de sus movimientos y su locación en la casa. Creímos que tendríamos éxito. De verdad lo creí. Pero qué equivocado estaba...

Con toda la confianza del mundo llegamos a su casa, ella llamó a su hermana. Esperamos un momento afuera. No contestó una segunda llamada para que fuera a abrir la puerta. Yo me puse nervioso, pero Neko confiaba plenamente en ella, así que yo confié también. Escuchamos pasos. Era su hermana. Abrió la puerta, e intercambió unas palabras con Neko. Su madre estaba en la sala, mientras su padre estaba en la planta alta. Harían ruido mientras entraba agachado hacia la parte trasera de la casa. Ahí estaba la chamarra, sobre uno de los autos estacionados. Las cortinas estaban cerradas, así que desde la sala no se podía ver dónde estaba, pero debido a la luz que entraba desde la calle sentí que estaba muy expuesto en mi posición, una sola mirada de reojo desde el pasillo del patio podría revelar mi ubicación.

Estudié mi entorno y creí que podría meterme debajo de uno de los autos, aunque no sabía si tenían la alarma puesta, por lo que me dio miedo intentarlo. Le mandé un mensaje a Neko para que me avisara de la situación y si es que era necesario que hiciera algún movimiento de emergencia, a pesar que desde donde estaba no había en realidad mucho a dónde moverme. Pensé que podría meterme debajo del espacio entre los dos carros que estaban ahí, pero sólo de espaldas, para poder ver hacia el patio desde ahí. Cuando me posicioné para arrastrarme por debajo, eché un vistazo y había una silueta en el pasillo. Oh Dios. Era su papá. Estaba parado justo en la esquina entre el pasillo en el que yo estaba y el resto del patio. Me dio el mayor escalofrío de mi vida. Parecía estar acomodando un lugar dónde sentarse, y creí que si no hacía ruido y esperaba, pronto se iría sin verme. Me volteé para no cruzar miradas, pues si me veía no sabría qué hacer. Sólo me volteé, cerré los ojos y esperé. Escuché un paso. Silencio. "¡¿Y ahora?!". Pasos rápidos se alejaban. Me había visto.

No sabía qué hacer. Prendieron la luz de afuera y entonces estaba seguro de que algo grande venía. Pensé lo peor. No sé si llamarían a mi casa o a una patrulla. El plan había fallado apenas en su primera fase. No sabía que pasaba adentro de la casa. Llamé a Neko y, obviamente, no contestó. Volví a intentarlo y contestó. "Me vieron". "Ya lo sé". Colgué. Esperé. Esperé y esperé. Por fin, escuché que me llamaban. Era Neko. Me dijo "Le dije a mi madre que tenías problemas en tu casa y por eso estás aquí. Quiere hablar contigo". Sabía que ahora me tocaba a mí. Me tranquilizó un poco que no estábamos en problemas tan grandes. Dependía de mí que esto saliera bien. Ella confiaba en mí. Yo confié en mí. Aquí vamos.

Entré a la casa. Estaba su mamá sentada en el comedor y no se veía a nadie más. Empezó su sermón. Dijo algo sobre la confianza y cosas de ese estilo. Me dijo que no tenía nada qué ocultar y que estaba mal que hiciéramos "cosas buenas que parezcan malas". Ahí supe que le había creído. Tenía que inventar una historia, y hacerlo rápido. Y lo hice. Inventé un severo problema que tenía con mi madre, razón por la cual no podía pasar esa noche en mi casa. Que había quedado con un amigo de quedarme en la suya, pero se había ido sin dejarme las llaves y que al saber esto Neko me había ofrecido su casa, y en mis condiciones no tenía otra opción. Me esforcé bastante en mi credibilidad que incluso hasta lloré, aunque no me salió del todo, pero lo demás de mi actuación fue impecable.

Me creyó. En serio lo hizo. Estaba impresionado. No fue un regaño mayúsculo, para nada, y hasta me dejó quedarme sin ningún problema en su casa. Lo habíamos logrado. Tuve que seguir un rato en mi papel deprimido, y fue tan bueno que hasta Neko y su hermana se empezaron a preocupar que de verdad me pasara algo, pero obviamente no podía reflejar lo contrario. Cenamos, platicamos, estuvimos un rato hasta que acomodé mis cosas en el sillón donde dormiría. Un beso de buenas noches y terminó la pesadilla. Ahora habrá que esperar a mañana a ver si habrá más consecuencias, aunque ella dice que no tengo que preocuparme. Por ahora sólo me preocupo en la hora que volveré a ver a mi novia. El plan perfecto no funcionó, y el que improvisamos en 5 minutos fue un éxito.

Somos unos genios.